sábado, 2 de agosto de 2008

"Estoy yendo hacia a tí... ya estoy llegando"


Soñé que estaba en mi trabajo junto con dos compañeros Vicente y Javier. La dispocisión del lugar era algo distinta, cada uno tenía una oficina separada. El ambiente era oscuro. Yo estaba trabajando en mi PC.

Luego me puse de pie y me dirigí hacia el escritorio de Javier (no se para qué, tal vez a dejar alguna carpeta o algo asi). Cuando regresé a mi escritorio vi que en mi PC se había abierto una ventana de chat.
Esta ventana no tenía palabras escritas en ella, yo veía un bosque tenebroso en ella y sentí que un espíritu o fantasma femenino lo atravesaba; como si corriera o volara através del bosque. Pero no veía algo físico, solo era la sensación. ÇDe pronto este fantasma me decía:

"Ya voy para allá, estoy llegando"

me entró un miedo terrible, apagué la luz, el PC, cogí mis cosas y me disponía a salir, cuando veo a mi compañero Vicente que estaba mirando a través de la ventana con persianas verticales. El estaba viendo a través de su ventana lo mismo que yo veía a través de mi ventana de chat, y me dijo:

"Algo está pasando, hay que salir de aquí y pronto"

Cogió su chaqueta café, sus llaves y salimos lo más pronto que pudimos.

Luego me vi sola en mi cama recostada, como si despertase, con los ojos entrecerrados. El aire de mi cuarto era pesado, había humo, la luz del clóset se prendía como flash de rato en rato.

Yo sentía que había fantasmas en mi cuarto, no los veía pero podía oir sus voces como murmullos, sus pisadas en el cuarto. Luego sentí que el fantasma femenino atravesava mi cuarto desde el balcón hacia el closet, muy lentamente, como un viento en cámara lenta.

Tuve pánico y no podía moverme porque el aire era muy pesado, me pesaba mi cuerpo, me pesaban mis manos. Con mucho esfuerzo, pude mover mis manos, empecé a mover mis brazos con todas mis fuerzas, y le pedí a Dios que me ayude: "Señor Jesús, ayúdame a salir de aquí". Repetí esta plegaria varias veces. Luego vi a mi perro salir debajo de mi cama caminando y empezó a ladrar al aire (a los fantasmas)... Con sus ladridos logré despertar.

Cuando desperté estaba en la misma posición del sueño, el cuarto estaba tranquilo y mi perro dormido.

domingo, 13 de julio de 2008

Asustando a quien?

Yo estaba en el cuarto de mi mamá poniéndome un cinturón negro ancho y mi perro estaba mordiendo la punta del cinturón. Luego mi perro se metió debajo de la cama, yo me acerque a la cama y la cama se alejó de mi, yo retrocedía y la cama me seguía.

Me moví rápidamente hacia la cómoda y la cama dejó de seguirme; pero ahora me seguía la cómoda. Yo empecé a correr por la casa y la cómoda me seguía. Estaba muy asustada!!!


Le dije a mi prima: "te acuerdas del sueño que te conté, se hizo realidad... mira, la cómoda me sigue!!!!"

Llamé a mamá y a papá y nos dimos cuenta que la cómoda estaba poseída. Mi mamá dijo: "Hay que buscar algo rojo para asustar al espíritu".

Ellos consiguieron unos carteles rojos en el cuarto de mi hermano, yo corrí a lo largo del corredor a toda velocidad hacia el cuarto de mi hermano mientras la cómoda me seguía, entré y entre todos esperamos con los carteles listos para mostrarselo a la cómoda cuando aparezca.

jueves, 12 de junio de 2008

Felicidad


Este sueño lo tuve un 6 de enero, me sentía un poco deprimida en ese momento:


Soñé que estaba en un ensayo para una presentación de baile en el teatro, luego todas las bailarinas bajamos a los camerinos a recoger nuestros bolsos. Yo recogí todo (maquillaje, accesorios, y demás) pero me di cuenta que me faltaban unos crayones, alguien los habia robado!!!

Me puse muy triste por mis crayones, y empecé a ponerme histérica. Mientras todas las chicas se iban, yo estaba sufriendo por la pérdida de mis crayones. Me quedé solamente acompañada de una chica en los camerinos.

Luego vi que se acercaban 3 tipos que parecían delincuentes, y me embargó un miedo terrible. Uno de ellos era de raza negra y lucía muy mal, se dirigió hacia mi (yo dije para mí -esto no es nada bueno). Cuando estuvo cerca extendió su brazo izquierdo y me mostró su mano: en ella tenía mis crayones. El los había tomado y me los estaba devolviendo.

En ese momento yo ya no sentí miedo alguno, ni tristeza. Estiré mi mano izquierda y recibí los crayones... Ahora era la persona más feliz del mundo, aun cuando algunos estaban rotos y usados.

El Hombre moreno empezó a alejarse y yo me di cuenta de que ya no necesitaba los crayones, o talvez él los necesitaba más que yo; de modo que volvi a estirar la mano y le di los crayones, el Hombre los tomó y se fue.


Luego desperté... Tenía una sonrisa en mi rostro.
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